COLUMNA

SOBRE EL ORIGEN POLÉMICO DE LA FILOSOFÍA

por Arian Rodríguez Benítez

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El punto de partida para entender la filosofía, más allá de qué es, tarea irresuelta en la actualidad; lo constituye la polémica sobre su origen. A saber, ¿brota la filosofía del “genio helénico” o es una mera copia de filosofías orientales ya establecidas? Sobre esa polémica, verdadero quebranto de los doxógrafos, se ha escrito mucho; por ello quien escribe se contentaría con reavivar la polémica entre occidentalismo y orientalismo, o sea, sobre la génesis propiamente occidental de la Filosofía o su existencia en civilizaciones orientales anteriores. 

Para Reale y Antiseri (1995), por ejemplo, “La casi totalidad de los estudiosos consideran que la filosofía, como término o como concepto, es una creación propia del genio de los griegos”. Si bien todos los avances del pueblo griego pueden encontrar un correlato en Oriente, la Filosofía solo puede ser considerada como un fenómeno totalmente novedoso en el pensamiento humano y constituye una suerte de cambio de la cantidad en la cualidad. Aunque es difícil no reconocer elementos muy desarrollados de racionalidad en Oriente, solo en Grecia dichos elementos fraguaron en lo que podemos llamar, como tal, Filosofía.

Por otra parte, dichos autores afirman que no se conoce ningún pensador griego clásico que haga mención del origen oriental de su pensamiento. Los diferentes filósofos helenos, sin embargo, sí lo hicieron: los sacerdotes egipcios de período Ptolomeico buscaron legitimar la Filosofía en la sabiduría egipcia y los judíos helénicos buscaron también los fundamentos filosóficos en su religión. Pero todo ello se enfrenta con las posibilidades reales de tal conjunción. Entiéndase que, si bien los griegos son pueblos mercantiles, resulta imposible una relación directa con la India o con China antes de las invasiones de Alejandro Magno.

Acrópolis (Grecia). Kieran Everett

La Filosofía, a pesar de todos los ataques a su originalidad, “representó una nueva forma de expresión espiritual, la cual —en el preciso instante en que acogía contenidos provenientes de otras formas de vida espiritual— los transformaba estructuralmente, otorgándoles una forma rigurosamente lógica” (Reale y Antiseri, 1995). Pues todo parece indicar que allí donde el sacerdote egipcio estudiaba la trigonometría y los babilonios la astronomía lo hacían con un carácter eminentemente práctico. Solo los griegos se interesaron por esos conocimientos desde un punto de vista lógico, teórico, prima facie impráctico.

Buch Sánchez (2012), por su parte, defiende la idea del origen oriental de la Filosofía. Como pueblos de mar, resulta imposible que la cosmovisión griega no estuviera permeada por un pensamiento oriental. En especial se importan avances científicos de navegación y agricultura que determinaron la definición de los principios filosóficos de los primeros filósofos jonios. Aun así, reconoce que se realiza en Grecia una síntesis de pensamiento que no existió en el mundo oriental. Ya sea con un carácter necesario o fortuito, el pueblo griego estuvo en el lugar correcto y en el momento correcto para que brotara en ellos la flor de la Filosofía.

Sin embargo, afirma en su análisis que la tesis orientalista pudiera ser más contemporánea que antigua. Si hasta la década de 1950 se mantuvo este criterio del “genio helénico”, con la muerte contemporánea del ideal de la razón, ante el descubrimiento del inconsciente, y los horrores de las conflagraciones mundiales; emerge en el mundo una tendencia hacia el existencialismo y la búsqueda individual de la felicidad. Todo ello lleva a occidente a refugiarse en filosofías orientales compatibles con ese pensamiento y a considerar, por tanto, hipostasiar un origen oriental al pensamiento de occidente.

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Podemos encontrar en la primera filosofía, continúa Buch Sánchez (2012), elementos inconfundiblemente occidentales, como la insistencia de Tales en el agua como fundamento. Desde este análisis, para Tales constituye un fundamento pues tuvo conocimiento de la importante relación de las primeras civilizaciones con el agua y la crecida de los ríos, lo cual le otorga un simbolismo místico. Sin embargo, considero que hay en ello una exageración, pues Mileto, pueblo de nacimiento de Tales, es un pueblo marítimo cuya relación con el agua es bien distinta. Tomar como fundamento al agua es una conclusión lógica considerando la relación vital del ser humano con el líquido, de tal forma que es casi arquetípico tomar al agua como fundamento, y no se hace necesario copiar dicha idea de otras civilizaciones. Como bien apunta Llanos (1986) es el propio hecho de la relación con el mar, la que convierte el pensamiento de los primeros filósofos en materialista y dialéctico, debido al carácter utilitario que se le otorga a la filosofía que nace de un pueblo de comercio marítimo.

Para resumir la polémica, revisemos los criterios que propone Bréhier (1971).“¿La historia de la filosofía puede y debe limitarse a seguir el desarrollo de la filosofía en Grecia y en los países cuya civilización es de origen grecorromano, o debe extender su mirada a las civilizaciones orientales?” Evidentemente, aunque hay una especificidad griega, la filosofía sería un conjunto nulo sin el pensamiento oriental.

  1. “¿Hasta qué punto y en qué medida tiene el pensamiento filosófico un desarrollo suficientemente autónomo como para constituir el tema de una historia distinta de la de las demás disciplinas intelectuales?” Porque sin dudas, aunque podamos defender una especificidad griega de la filosofía, la otra pregunta sería considerar si hay algo específico en la filosofía griega sin considerar la ciencia, la moral y el arte griegos como elementos suyos.
  2. “¿Se puede hablar de una evolución regular o de un progreso de la filosofía? (…) ¿los sistemas se reemplazan unos a otros de un modo arbitrario y contingente?” Se trata pues de discernir las condiciones de posibilidad de la emergencia de la Filosofía, o sea, es necesario preguntarse qué hay de nuevo en Grecia que permite este cambio de lo cuantitativo en lo cualitativo.

Queda claro que el problema sobre la génesis de la Filosofía no se ha resuelto. Lo que no cabe duda es su relación con el mito y es algo que trataremos en el próximo artículo. Por ahora, dejemos este problema a los doxógrafos para concentrarnos en aspectos más prácticos de lo que llamamos Filosofía.

Referencias:

  • Bréhier, E. (1971). Historia de la filosofía. Ciencias Sociales.
  • Buch Sánchez, R. M. (2012). Historia de la Filosofía: Filosofía antigua. Félix Varela.
  • Llanos, A. (1986). Introducción a la dialéctica. Rescate.
  • Reale, G., & Antiseri, D. (1995a). Historia del pensamiento filosófico y científico. Herder.
  • Reale, G., & Antiseri, D. (1995b). Historia del pensamiento filosófico y científico: Antiguedad y edad media. Herder.
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